¿COVID-19 se extinguirá en verano? Nuevas pruebas podrían ayudar a responder eso.

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Los depósitos vacíos y simulados del nuevo coronavirus, SARS-CoV-2, pueden ayudar a explicar qué tan bien el virus resiste el calor, la humedad y otros cambios ambientales.

La investigación, recién lanzada por físicos de la Universidad de Utah, está diseñada para ayudar a los funcionarios de salud pública a comprender cómo reaccionará el nuevo coronavirus a medida que cambien las estaciones. Una pregunta importante sobre el virus, que causa una enfermedad llamada COVID-19, es si el verano hará algo para retrasar la propagación.

"El coronavirus se propaga de manera similar al virus de la influenza, como pequeñas gotas de moco suspendidas en el aire ... Los virus pierden la infectividad porque las partículas pierden integridad estructural", dijo el físico de la Universidad de Utah Saveez Saffarian en un comunicado. "La física de cómo evolucionan las gotas en diferentes condiciones de temperatura y humedad afecta cuán infecciosa es".

Junto con el físico Michael Vershinin, Saffarian acaba de recibir una subvención de la National Science Foundation (NSF) de casi $ 200,000 para estudiar cómo la cubierta protectora externa del virus responde a los cambios de calor y humedad. Los virus no pueden "hacer nada" por sí solos, ya que son simplemente capas con instrucciones genéticas escondidas dentro; Cuando un virus invade las células de un huésped, utiliza la maquinaria de esa célula para replicarse, una y otra vez.

La investigación implica trabajar con versiones ficticias de la capa externa protectora del virus. Utilizando el genoma secuenciado de SARS-CoV-2, los investigadores están construyendo versiones sintéticas de estos depósitos, sin genomas virales en su interior. Esto hace que los depósitos no sean infecciosos y seguros para trabajar.

"Estamos haciendo una réplica fiel del paquete de virus que mantiene todo junto", dijo Vershinin en el comunicado. "La idea es descubrir qué hace que este virus se desmorone, qué lo hace funcionar, qué lo hace morir".

Para manipular las partículas ficticias de tamaño nanométrico, el laboratorio de Vershinin utiliza una herramienta llamada pinzas ópticas, esencialmente haces de luz enfocados. La energía de la luz se puede dirigir para mover y sondear moléculas individuales. Saffarian estudia los virus de ARN en una escala más amplia y es un experto en técnicas de laboratorio que pueden rastrear partículas virales individuales.

Los investigadores dijeron que esperan descubrir qué tan bien se transmitirá el virus en diferentes condiciones, desde afuera en el calor del verano hasta adentro en oficinas con aire acondicionado. Esto podría influir en el tiempo que las políticas de distanciamiento social y bloqueo deberán estar vigentes.

"Esto no es una vacuna", dijo Vershinin. "No resolverá la crisis, pero con suerte informará las decisiones de política en el futuro".

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